Ya era difícil clasificar estas cabañas, transición entre vivienda y objeto, instaladas en medio de un bosque como un llamado primario a la experiencia de la vida natural, pero un llamado hecho desde la mirada joven y hasta desafiante de un diseño reflexivo y profundo. Finalmente y un poco a nuestro pesar, las clasificamos como equipamiento, en tanto son parte de un concepto de hotelería. Muy respetuosas del entorno en que se posan (no se instalan ni se fundan), mínimas, básicas, casi módulos de supervivencia, estas construcciones de acero galvanizado y madera incitan e invitan, provocan y promueven. Un diseño cuidado y mínimo ofrece un equipamiento interior de usos diversos y complementarios, de múltiples lecturas que no excluyen la mirada fresca y lúdica que es, también, parte de la invitación.
F. Pfenniger
Ubicación:
Arquitecto:
Web:
Lorraine, Francia
Matali Cresset
www.matalicrasset.com
En el corazón de la Meuse (55), en Lorraine, escondido en el bosque de 5.000 hectáreas de los pueblos Dompcevrin, Fresnes-au-Mont, Lahaymeix, Nicey-sur-Aire, Aire Pierrefitte-sur-y Ville-devant-Belrain, a lo largo del sendero Vent du Sentier, la diseñadora Matali Crasset ha diseñado y construido cuatro cabañas de tipo salvaje, su "maisons silvestres". Las cabañas son trabajos de arte posicionadas centralmente en el bosque. Están pensadas para relajarse, soñar, comer, ver, pero sobre todo vivir una experiencia inigualable.
Se trata de un proyecto experimental y un método experimental. La propuesta llevada adelante por Matali Crasset con los habitantes y voluntarios de Le Vent des Forêts consistía en hacer del bosque una materia viva, revelando su encandilante magia. Para ello, Matali explica la necesidad de "confrontarnos con humildad con el bosque para comprender y discernir su ser".
Para evitar enredar el asunto de forma y función, Matali primero diseñó un entorno creativo que revela cómo todo es posible, independientemente de la forma - un módulo llamado Metaform. Este fue copiado e instalado en el espacio creando cuatro tipos de santuarios: el Chrysalide, el Brocard, los champiñones y la Nichoir, con la misma facilidad que un niño integra formas preexistentes en su imaginación o en sus juegos,
Estas casas silvestres son habitaciones ecológicas de un hotel que ofrece un confort básico y embrionario. Las combinaciones de madera de acacia, el pino Douglas y la mezcla de acero galvanizado se funden en el paisaje, camuflados en la naturaleza y en las seguras sombras de maleza que aparecen poco a poco. Matali señala que "estas estructuras ligeras no tienen fundaciones y se pueden mover por el bosque sin dañar la naturaleza o alterar el ecosistema".
Cada cabaña nos envuelve con su aura individual e intrigante. Estas casas silvestres son santuarios para el anidamiento, mezclándose con la naturaleza siempre misteriosa de extraordinarios aromas, sonidos y susurros.
Las cuatro casas ofrecen diferentes estilos de vida salvaje. Cada una le invita a entrar y sintonizar con la naturaleza, vivir su propia historia... Son fáciles de usar -el concepto está disponible para todo el mundo – se puede definir como cada quien desee. Un concepto sin fin, en que el proceso creativo gira en torno a la imaginación.
Cada casa entrelaza los ambientes interiores y exteriores reforzada por una terraza, una sala central, un columpio... Los visitantes curiosos, habitantes transitorios de un espacio natural, pueden espiar un ave, un ciervo... Las cuatro casas están firme y obstinadamente diseñadas para trabajar con el desarrollo sostenible en mente.
El proyecto responde a la búsqueda de una experiencia simple aunque emocionante de un espacio acogedor y equipado, incitando a un caminante curioso a explorar el área de bosque que lo rodea. Por una noche o una tarde, podemos jugar un papel de Robinson en Le Vent des Forêts.
Con trece años de creación artística en más de 45 kilómetros de senderos, Le Vent des Forêts está iniciando un proyecto para quienes buscan aventuras, los profesionales del arte y amantes de la naturaleza. Para los senderistas y caminantes en busca de la esencia de la naturaleza, las cuatro casas silvestres son perfectas para la contemplación de este universo perfecto.
Dos de las cabañas, la Chrysalide y la Brocard fueron inauguradas en mayo de 2010 y las otros dos, la Champignon y la Nichoir, en el otoño de 2010.