| Obra |
Casa Brisas
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| Arquitectura |
Arq. Edna Garza / Arq. Darío Camisay
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| Ubicación |
Monterrey / México
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| Período |
Septiembre 2012
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| Colaboradores |
Anakaren Sánchez / Deniss López
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| Sup. construida |
170m2
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| Fotografía |
Documentación Arquitectónica
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| Web |
www.garzacamisay.com
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Un terreno reducido delimitado por unos crecidos bambúes de 30 años da cabida a un proyecto de una vivienda y espacio de trabajo. El proyecto, en dos pisos, alude a la arquitectura industrial y apela al uso simple y expuesto de los materiales que lo construyen: las albañilerías de ladrillos de arcilla armados para los cerramientos verticales, las losas de hormigón armado para los elementos horizontales y una estructura de columnas y vigas de acero en perfiles doble T de secciones y expresión muy nobles. La planta se resuelve en forma de “L” para liberar un patio que provee de luz y un espacio necesarios. En la planta baja se sitúan los recintos más públicos mientras en la planta alta se sitúan los recintos privados. Estos dos niveles están comunicados por un espacio de doble altura situado sobre el estar y que, mediante un puente o pasarela, separa también los recintos de los dueños de casa de las recámaras de los niños. La luz es atendida por ventanas controladas, algunas de las cuales tienen vistas sobre los crecidos bambúes, lo que le otorga al espacio interior una extensión vegetal que amplía el espacio disponible y controla la privacidad hacia los terrenos medianeros. Esta estructura de albañilería confinada en perfiles de acero es muy interesante y eficiente, aunque no es muy utilizada. Es interesante remarcar que la modulación del proyecto se debe hacer a partir del elemento menor, que es el ladrillo. De esta consideración nace la pulcritud que se aprecia. Un elemento singular lo constituyen los paneles practicables que protegen las ventanas del segundo piso construidos en los mismos materiales: albañilería confinada en bastidores de acero. La expresión austera y de obra gruesa que acompaña la planta resuelta racionalmente habla de una aproximación de fundada consistencia: nada está entregado al azar y todo se hace optimizando los recursos y el espacio disponible.
F. Pfenniger
El mayor reto del proyecto fue desarrollar un programa de vivienda y espacio de trabajo, con la complejidad que significa resolver ambos usos en paralelo. Este complejo programa debía ubicarse dentro de un pequeño terreno que albergara una vivienda menor a 200m2 y dejara, a la vez, un patio para reuniones.
En un terreno reducido rodeado con bambús de treinta años de edad, se desarrolla una vivienda de tres recámaras en 170m2.
La casa busca separarse de todos los límites del terreno para abrir ventanas con vistas hacia el perímetro vegetal, que forma una barrera verde continua.
La intención de esta vivienda es aprovechar al máximo el espacio de un reducido terreno a través de un esquema en “L” que integra el jardín al espacio interior.
Se buscó la honestidad de los materiales dejándolos aparentes para reducir los costos tanto de construcción como de mantenimiento. La estructura es metálica, los muros de ladrillo, los pisos de concreto pulido y las losas de concreto aparente.
Nuestra respuesta en referencia a los materiales se basa en la idea de” construir y acabar al mismo tiempo” con el fin de reducir los costos de ejecución y acelerar los tiempos de construcción pero, sobre todo, reducir al mínimo el mantenimiento de los acabados. La referencia directa a la hora de adoptar estas ideas en el proceso de diseño corresponde a las premisas utilizadas en la arquitectura de carácter industrial.
El reto de este proyecto fue desarrollar un programa de vivienda y espacio de trabajo, en un terreno reducido con problemas de privacidad hacia las colindancias. Este complejo programa debía resolverse en una superficie construida menor a 200m2 y dejar, a la vez, un patio para reuniones con superficie cubierta.
En un terreno reducido rodeado con bambús de treinta años de edad, se desarrolla una vivienda de tres habitaciones y espacio de trabajo en 170m2.
La casa busca separarse de todos los límites del terreno para abrir ventanas con vistas hacia el perímetro vegetal, que forma una barrera verde continua. El bambú existente se mantuvo para cumplir con una doble función: Impedir las vistas desde las colindancias hacia el interior del terreno y permitir que cualquier abertura de la casa, aproveche una buena vista y protección de la iluminación natural directa, un efecto deseado en el caluroso clima de la ciudad de Monterrey.
La intención de esta vivienda es aprovechar al máximo el espacio de un reducido terreno a través de un esquema en “L” que integra el jardín al espacio interior. La posibilidad de una cochera abierta al patio, permite una doble función también como terraza cubierta.
Tras definirse una modulación espacial en tres dimensiones, los ambientes se cierran con elementos horizontales y verticales de manera tectónica. Esta decisión surge a partir de la selección de materiales a utilizar.
La referencia directa a la hora de adoptar estas ideas en el proceso de diseño corresponde a las premisas utilizadas en la arquitectura de carácter industrial.
La búsqueda de este vínculo surge del estudio de los materiales utilizados y los conocimientos en ejecución de sistemas constructivos más representativos de la ciudad de Monterrey. Esta cuidad es la de mayor vocación industrial dentro del contexto mexicano.
El sistema constructivo parte de la idea espacial. Una modulación del espacio pensada en tres dimensiones, con dobles y simples alturas, que permite aprovechar al máximo cada metro cuadrado construido en un terreno reducido.
Las columnas y vigas metálicas determinan claramente los límites de la estructura espacial, las losas macizas de hormigón rellenan las caras horizontales, mientras que los muros de ladrillo rellenan las caras verticales.
Se buscó la honestidad de los materiales dejándolos aparentes para reducir los costos tanto de construcción como de mantenimiento. La estructura es metálica, los muros de ladrillo, los pisos de concreto pulido y las losas de hormigón a la vista.
Esta respuesta en referencia a los materiales se basa en la idea de construir y acabar al mismo tiempo con el fin de reducir los costos de ejecución y acelerar los tiempos de construcción pero, sobre todo, reducir al mínimo el mantenimiento de los acabados finales.
