Cabañas Pueblo Rivero

Cabañas Pueblo Rivero

Su acabado es integral y su ejecución justa
Obra
Pueblo Rivero, Complejo de cabañas (8 unidades, apareadas de a dos)
Arquitectura
Arq. Pablo Tórtora
Año
2011
Colaboradores
Arq. Diego Vila
Sup. terreno
1.000m2
Sup. construida
500m2
Materialidad
Chapa curvada - Sistema Curvin - www.curvin.com.ar
Interiorismo
Adriana Sánchez
Fotografía
José Pampin
Web
www.pablotortora.com

Punta del Diablo parece un lugar que hay que incluir en los programas próximos de viaje. Balneario y pueblo de pescadores, el entorno y paisaje abierto al Atlántico, las playas, roqueríos y olas que atraen al surf hacen de este balneario de fluctuante población un lugar en el mapa aunque no exento de polémica y defensa de su entrono frente a proyectos que podrían afectar su condición. En este entorno, el proyecto sitúa 4 cabañas en un lote no muy grande privilegiando comprensiblemente las vistas sobre la playa. Un proyecto amparado bajo una curva que convierte el muro en cubierta organiza una volumetría simple que apela a los revestimientos de madera, hormigón a la vista y chapa de acero para insertarse en el paisaje. En ese contraste, trabajado en forma casi rústica, logra una cierta cercanía y familiaridad que se aprecia en las fotografías de conjunto. Los planos muestran unas plantas ordenadas y eficientes, y unas fachadas cuidadosamente compuestas. El ligero desaplome de la fachada revestida en chapa de acero pintada de negro evoca las olas o el viento pero se equilibra sensatamente con el enchape de madera perfectamente aplomado. Un detalle que destaca es el espesor de los muros que se aprecia en las ventanas aplomadas por el interior: le da prestancia y sustancia al volumen. La construcción es un híbrido entre elementos de hormigón armado, albañilerías y steel frame (ver en Estructuras) en particiones y cubiertas como se puede ver en las fotografías del proceso de construcción, pero su acabado es integral y su ejecución justa. Hay pues, otra buena razón para conocer Punta del Diablo.

F. Pfenniger

Con una visual privilegiada hacia el mar, se proyectó este complejo de viviendas deveraneo. Con la chapa de acero curvado como principal protagonista e idea disparadora del proyecto, tres eran el resto de las variantes a contemplar: el máximo aprovechamiento del terreno, respetar la reglamentación municipal de techos inclinados que se indica para la zona y las visuales al mar.


Sobre 1000mts2 de superficie se dispuso construir casi 500mts distribuidos en 4 cabañas con 2 unidades por volumen, de tres niveles cada uno.

La implantación de las mismas se resuelve respetando la pendiente natural del terreno y rotando las plantas, para lograr —dentro de las posibilidades— vistas hacia la Playa Rivero desde la totalidad del complejo.

La normativa que rige al sector demanda que al menos el 70% de los techos mantenga una inclinación de entre 30° y 45° como modo de regular nuevas construcciones y lograr una articulación con las viviendas de pescadores que comenzaron a poblar la zona y a definir el carácter de Punta del Diablo.
Las particularidades de la chapa se encargaron de solucionar el dilema. Se utilizó el sistema argentino Curvin que permitió el diseño continuo de fachada y techo y facilitó la curvatura a medida de la chapa acanalada siguiendo luego la inclinación requerida.
Uno de los dilemas iniciales a resolver: el empleo de la chapa curva, que mayoritariamente puede leerse como material con fin industrial mas que con un fin residencial y, más importante aún, la adecuación de la imagen final del proyecto al balneario.



Para ello accedimos a la combinación de materiales como el hormigón visto y la madera para contrarrestar la austeridad de la chapa y otorgar calidez al conjunto. Todos ellos, de uso muy frecuente y característico de las construcciones de la zona.
La superficie de chapa se levanta desde la fachada posterior y envuelve al volumen, inspirado en la cresta de una ola. Un recurso para lograr el diálogo entre la arquitectura y este entorno tan peculiar, además del quiebre con cualquier indicio de rigidez que pueda haber quedado.
La envolvente creada cierra intencionalmente la fachada hacia atrás y la abre hacia el mar, de modo de generar un grado de privacidad entre las cabañas.
En planta baja, el baño, la cocina integrada y el estar con estufa a leña conforman el ambiente principal. A estos se suma el exterior con parrillero y pérgola.
En un segundo y tercer nivel, se encuentran las áreas de descanso.



LA OBRA:
Dicho proyecto, se realizó en 2 etapas y sistemas constructivos bien distintos pero de idéntica imagen y acabado final.
Inicialmente las 2 cabañas de la izquierda se realizaron en sistema tradicional (estructura de hormigón y ladrillo hueco cerámico) mientras que las otras dos restantes de la derecha se realizaron en Steel Frame, lo cual por su eficiencia y rapidez en la ejecución nos permitió culminar a tiempo para su inauguración a comienzo de la temporada veraniega.
Cabe acotar, que este ultimo sistema constructivo, contó con la colaboración de un pórtico que permite asegurar su estabilidad en una zona azotada por los fuertes vientos marítimos.
Si bien la solución del pórtico inicialmente era válida para realizarse con perfiles normalizados, las particularidades de la obra y la poca disponibilidad de maquinaria para su traslado hicieron que en este caso no fuera viable, realizándose en hormigón armado de modo que perfectamente se adaptó a la flexibilidad y eficacia que el Steel Frame ofrece.

Planos: 

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