Centro Comercial Calima

Centro Comercial Calima

El proyecto presenta interesantes estrategias bioclimáticas que buscan reducir las demandas energéticas, así como también hacer uso eficiente de los recursos hídricos disponibles.
Centro Comercial Calima

En todos estos años no hemos presentado muchos grandes complejos o centros comerciales. No hay duda que estos proyectos son no sólo complejos y de grandes dimensiones  si no que plantean problemas importantes  a la arquitectura. Desde las condiciones de organización, circulación y legibilidad, hasta aspectos propios de las condiciones de la seguridad, confort, ventilación e iluminación natural y artificial, entre otros, convergen en una estructura general que debe incluir los requerimientos del comercio de locales y grandes tiendas. Todo ello debe, además, coordinarse con una fluida conexión con accesos vehiculares y estacionamientos, amén de condiciones de acceso a proveedores y movimiento de cargas a veces de grandes dimensiones en algunos de ellos, como los Home center. Las leyes que los rigen son de alta especialización y se han ido perfeccionando en el tiempo ganando experiencia en los múltiples ejercicios hechos a lo largo de las últimas décadas en la región. En la ciudad crean condiciones exigentes, son importantes atractores de visitantes, depositarios de grandes expectativas económicas de los inversores y de satisfacciones de los compradores, crean grandes flujos vehiculares y demandan accesibilidad expedita de la movilización colectiva. Han sido calificados como el nuevo espacio público, la plaza, de una sociedad fundada en una actividad comercial y de consumo de masas. Son una arquitectura y una condición sobre la que cada cual podrá tener sus apreciaciones, pero son una realidad y una verdad del tamaño de una catedral (la verdad es que mucho más grandes de lo que el dicho califica) que no podemos simplemente ignorar.  Teóricos y pensadores de la ciudad y la arquitectura le han dedicado reflexiones que no es el caso repetir ni intentar comentar aquí. El proyecto, en la escala que aborda, ordena y articula las distintas grandes secciones del programa (desde las tiendas ancla hasta un edificio de oficinas) a través de una circulación principal que converge en una plaza. Los estacionamientos, a diferencia de muchos otros ejemplos, no se sitúan en el subsuelo si no que en un edificio que acompaña al cuerpo principal llevando al visitante a una relación más próxima y horizontal con su destino. A estas condiciones de escala y de complejidad asumidas y logradas, el proyecto agrega voluntades declaradas que queremos recoger y comentar. La primera se refiere a una mirada desde el diseño bioclimáticodel edificio. Se apuesta, con razón a mi juicio, a diversas estrategias que se complementan en una solución multi factorial de acondicionamiento que es muy interesante de revisar con atención y que comenta en detalle más adelante Alejandra Cortés. La segunda voluntad declarada es el uso intensivo de una estructura de acero en toda la extensión y altura del complejo. Tal vez sea un exceso producto del entusiasmo que a veces me provoca el acero, pero las fotografías de la estructura en obra gruesa resultan muy ilustrativas. Grandes columnas y vigas conformando marcos rígidos complementados con arriostramientos se contrastan con la fotografía de la obra terminada y dan claramente cuenta de las decisiones de proyecto. En este caso, el acero muchas veces queda oculto tras los sistemas de cerramientos, cielos y pisos, no siempre es aparente. Pero hay secciones en que se explora y explota su presencia y su imagen: puentes, lucarnas,  tensores, arriostramientos…

F. Pfenniger.

Análisis del proyecto

Alejandra Cortés Fuentes
Arquitecta Universidad de Chile
MSc Environmental Design and Engineering, UCL, Uk

El centro comercial Calima presenta interesantes estrategias bioclimáticas que buscan reducir las demandas energéticas del proyecto, así como también hacer uso eficiente de los recursos hídricos disponibles. En este sentido, Calima apuesta por optimizar la iluminación natural tanto por fachadas como cenitalmente en aquellos lugares y situaciones que favorecen su presencia, permitiendo iluminar extensas áreas de circulación, que de otra manera requerían de iluminación artificial. La luz natural es usada no sólo como un concepto de eficiencia energética, sino también como una condición de confort para el usuario, que le permite vincularse con un exterior y tener la presencia del tiempo, que en este tipo de edificios suele estar ausente. Se suman a lo anterior las estrategias de control solar a través de celosías y cristales con alto factor de sombra para controlar las ganancias térmicas por radiación, especialmente en el edificio de oficinas.

Además del diseño de ganancias solares, se utilizan estrategias de ventilación natural, aprovechando las condiciones del entorno y los vientos predominantes. Las tomas de aire fresco se realizan en las fachadas a presión positiva y la extracción del aire se produce en las fachadas a presión negativa o al interior, en vacíos acondicionados como termosifones. Se deja circular el aire por los cielos rasos, lo que permite enfriar la estructura del edificio de forma pasiva. Fachadas ventiladas también se usan como estrategias para evitar el sobrecalentamiento en algunos sectores del proyecto.

Los recursos hídricos son aprovechados eficientemente a partir de la recolección de aguas lluvia y la reducción de la demanda de agua potable. Las cubiertas han sido diseñadas para recolectar aguas lluvia, almacenarla y usarla en aplicaciones que no requieren agua potable. Además, la propuesta paisajística realizada con cubiertas verdes y jardines, recolecta  aguas lluvias para regar y mantener espejos de agua. Junto con colectar las aguas lluvia, también se busca reducir el consumo de agua potable a través de instalaciones sanitarias de alta eficiencia.

Las estrategias del proyecto Calima no sólo buscan reducir el consumo energético, sino que, además,  brindar buenos estándares de habitabilidad a sus usuarios. Investigaciones han demostrado que una buena actividad de ventas en centros comerciales está asociada a un buen confort ambiental. No en vano las tiendas comerciales hacen un gran esfuerzo por iluminar los productos de acuerdo a sus estrategias de marketing. Pero no sólo la iluminación es importante, sino también mantener temperaturas confortables y una buena calidad de aire, que permitirán garantizar mayor número de horas de permanencia de las personas en estos lugares. Los centros comerciales son, evidentemente,  programas que tienen altos requerimientos de energía tanto para iluminar como para climatizar, así como altas demandas de agua potable y se transforman en  grandes generadores de basura. Actualmente, no existe suficiente evidencia a nivel mundial de cuanta energía y recursos consumen en promedio los centros comerciales, tanto por la complejidad de las instalaciones como por la falta de información pública disponible. En este contexto, sin duda, el aporte que hace el proyecto Calima en esta materia es destacable y le ha llevado a ser reconocido y premiado con el galardón  de oro a la excelencia de diseño sostenible 2013.

 

Descripción del Proyecto

Por Nagui Sabet Asociados

Responsabilidad social

Con la construcción del proyecto se conforma un entorno urbano en pleno corazón de Bogotá, convirtiéndose en un referente metropolitano regional y nacional. Su presencia marca una pauta importante dentro del plan de renovación urbana liderado por la administración distrital; teniendo un efecto fundamental en la dinámica para el desarrollo económico, social y ambiental de un amplio sector aledaño.

Los sistemas propuestos para el complejo de edificios de Calima Centro Comercial tienen el fin de incrementar la eficiencia energética  y económica asociada con el uso excesivo de energía.

El concepto de construcción sostenible es parte integral del diseño ya que desde su inicio el proyecto puso un importante interés en las tecnologías aplicadas sobre este ámbito que dieran respuesta a las exigencias climáticas de la ciudad de Bogotá y al carácter contemporáneo que se buscaba expresar.

La temperatura interna de los edificios estará controlada por los materiales de construcción y elementos arquitectónicos como lo son los paneles de cerramiento, persianas, terrazas verdes, cubiertas de alto albeldó, la ventilación natural diseñada, el vidrio especificado para el control del calor y los vacios que permiten respirar a los edificios, entre otros.

 

Morfología del proyecto

La propuesta que estructura la morfología del proyecto y sus funciones, busca generar dos circulaciones comerciales que confluyen en un punto articulador que se convierte en el elemento principal de conexión entre los diferentes modelos del proyecto.

La tensión también se genera entre los pasajes, a través de un punto importante en el cual se propone un oasis como una atractiva zona de esparcimiento. El esquema de zonificación busca repartir de acuerdo a las tensiones generadas en las circulaciones principales, los flujos desde los almacenes ancla hacia el centro del proyecto, pasando por los diferentes pasajes comerciales que unen espacialmente el complejo.

El proyecto se modula a partir de una retícula de 1,2 x 1,2m sobre la cual se arman los primeros ejes estructurales  de 8,4 x 8,4m. Esta modulación se hace presente en los 2 primeros pisos de sótano que se plantan estructuralmente en concreto. A partir del nivel N+0,0 de los ejes estructurales  pasan a 16,8 x 16,8m aprovechando al máximo la ventaja que ofrece la estructura metálica. El sistema escogido permite proponer una solución de fachadas ventiladas y modulares, además de facilitar una variedad de opciones de acabados. Entre ellos porcelanato de gran formato (1,0 x 2,4m), cerramientos de H-Wall y MonoWall, basadas en placas de concreto blanco prefabricadas y finalmente ventanería modulada.

Es importante destacar el estudio para optimizar el uso de recursos naturales como las corrientes de aire y agua lluvia. Finalmente la espacialidad del complejo se refuerza con las grandes luces que permite la estructura metálica y la funcionalidad en la modulación de los locales comerciales.

 

Vientos dominantes

Calima Centro Comercial se encuentra ubicado en Bogotá a una latitud de 4° norte y en una zona en la cual los vientos dominantes llegan desde el noreste y el este.

La geometría y la disposición del edificio con respecto a los vientos dominantes, generan automáticamente zonas de diferentes presiones. Sobre la fachada de la Av. Ciudad de Quito se produce una zona baja de presión y sobre la fachada de la Av. 22 y la Carrera 27 una zona de presión positiva. Para ventilar el edificio se ponen en relación estas dos zonas comunicando las dos fachadas a través del cielo raso, en una alternativa sencilla, con la cual se aprovecha el efecto refrigerante de la inercia térmica.

El sistema de ventilación natural de los locales, permite la entrada de aire fresco del exterior a cada uno de los pisos, a través de rejillas continuas ubicadas en el cielo raso.

La salida de aire caliente producido al interior de los locales, se realiza a través de la ranura producida por la junta constructiva.

Para los locales ubicados en el Sector F con fachada a la calle, se implementa una rejilla en la parte superior del muro con una altura de 0,45m. Por el largo del local.

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