Arquitectura en acero

La ampliación del museo se inserta en un entorno industrial de construcciones típicas y propias de la arquitectura industrial holandesa, conformada principalmente por edificios de uno a cuatro o hasta más pisos, generalmente estructurados en base de muros portantes de albañilerías  a la vista. Los muros cuentan con un orden y una proporción de llenos y vacíos que se completa con escasos pero cuidados elementos que forman parte de la estructura y el ornamento. Los volúmenes se completan con cubiertas a dos aguas de notoria pendiente. En un espacio disponible a continuación uno de los testeros de un edificio de hilandería existente se dispone de la ampliación del museo. En este contexto, la opción del proyecto es proponer un edificio de radical contraste, casi excesivo en sus proporciones, que alberga los requerimientos del programa. Una estructura reticulada en base a perfiles tubulares de sección circular de dimensiones importantes teje un volumen simple que recibe un cerramiento de cristal. Las uniones y conexiones entre los elementos estructurales de acero son soldadas. Un aspecto a destacar es que las conexiones en cruz de los elementos de sección circular están hechas en taller y se han trasladado como unidades a la obra. Las conexiones entre estas unidades prefabricadas en taller, se han diseñado como encuentros “a media madera” más fáciles de conectar por soldadura en obra. Su disposición es observable en los planos de fachada, una consideración de detalle a destacar en los planos de arquitectura que hace honor a que en los proyectos de estructuras de acero, la obra gruesa es, al mismo tiempo, una faena de terminación. Se acompañan planos de detalles que para ser visualizados a mayor escala recomendamos ampliar posicionando el cursor sobre la imagen y presionando botón derecho, elegir “abrir imagen en una pestaña nueva”. Hay una analogía no declarada entre esta estructura tejida y el contenido textil del museo. La estructura reticulada en 45º propone un orden regular y muy notorio (por la disposición y las secciones de los elementos tubulares), apenas intervenido por un cerramiento de cristales de tinte azul de orden obstinadamente cuadrado. Las fijaciones y las líneas del sello estructural y climático de los cristales apenas compiten con la estructura de acero que se trasluce. La disposición de la retícula se ha hecho de manera que en los vértices sólo convergen las diagonales, de forma que la estructura aparece como un manto que no dibuja las aristas del volumen.  Así, la responsabilidad de demarcar el edificio queda entregada al acristalamiento. Es interesante observar cómo la disposición de las fijaciones mecánicas del muro cortina se concentran tomando un conjunto de cuatro paños y dejando en el centro entre ellos un encuentro libre de fijaciones. Visto contra el cielo, este volumen azul se distingue sutilmente del aire que lo rodea en el día y se confunde con él en la noche. La estructura blanca de acero asume el protagonismo interior y exteriormente, haciendo legible la estructura.  En su interior, también estructurado en acero, un volumen menor contiene los recintos opacos del conjunto. Ligeramente apoyado en el piso, no se conecta con la cubierta, lo que acentúa la percepción de que flota en el espacio interior. Finalmente, en el extremo opuesto del edificio de la hilandería, se construye una ampliación en tercer piso sobre otro edificio preexistente para albergar el archivo. En este caso, se trata de una estructura de columnas exentas al edificio que reciben  un  volumen hermético que, por su destino de archivo, representa una sobre carga importante para las estructuras de albañilerías.

F. Pfenniger