| Obra |
Unidad educativa de uso comunitario, Venezuela, 5º Concurso ALACERO
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| Alumnos |
Natalia de León, Alejandro Rond
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| Institución |
Universidad Simón Bolívar
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El proyecto indaga en la recuperación de un tejido urbano intervenido y segregado de la ciudad de Caracas, afectado y amenazado por inundaciones recurrentes. Se propone recuperar y reinterpretar la topografía aproximada de la pendiente original mediante terrazas interconectadas y poblarlas con una cubierta ventilada, que permita captar las aguas lluvias y favorezca la ventilación. Una estructura orgánica, libre, tipo árbol, otorga secuencia, orden y sentido a un concepto de educación que se expresa bien en la arquitectura
F. Pfenniger
Unidad educativa de uso comunitario:
UN BOSQUE PARA APRENDER
Lugar: Petare _Palo Verde
Un lugar para aprender bajo el cobijo de un gran bosque metálico, inspirado en la protección que brinda un árbol para facilitar la permanecía bajo sus ramas y promover el aprendizaje.
Elementos como la sombra, la ventilación cruzada, el aislamiento del calor, son aspectos que reinterpretamos para la propuesta a nivel estructural y formal, que vienen acompañados de otras decisiones de tipo urbano, ambiental y social que respaldan el concepto de una nueva visión del aprender, relacionándose a su vez con la comunidad adyacente, la cual esta cargada de diferentes tipos de habitar en la zona. Por un lado la urbanización Lomas del Ávila y por el otro el Barrio José Félix Ribas de Petare, divididos por unas pendientes y elementos de vegetación que evitan una posible relación directa entre estas dos comunidades.
Nuestro terreno se ubica en un espacio con pendientes muy fuertes, topográficamente modificado por el hombre, generando dos terrazas incomunicadas por las fuertes pendientes, con problemas de inundación debido a su morfología y los drenajes provenientes de las montañas adyacentes e incluso posibilidades de derrumbe en épocas de lluvia.
Nuestra primera decisión es desaparecer la condición de división topográfica dentro del mismo terreno y proponer una escuela donde el espacio sea fluido. Compuesta de varias terrazas que reconstruyen un aproximado de la topografía original, separadas por taludes que funcionan como pequeños cultivos escolares y o gradas que acompañan al patio.
El programa de la escuela se distribuye a lo largo de estas terrazas. Dependiendo de su ubicación y relación con el contexto tienen diferentes usos. Primero las terrazas comunitarias, relacionadas una al tema cultural(al norte) y otra al tema deportivo (al sur), que además de servir de programa para el colegio también funcionan como elemento articulador entre las comunidades vecinas. Las terrazas de docencia, las cuales se encuentran en el corazón de la escuela, resguardadas por todos los edificios de usos administrativos o comunitarios, se relacionan entre sí por los taludes. Estas terrazas contienen todo el programa de las aulas con su respectivo patio central de receso y espacios de cultivo y servicios, divididas por niveles académicos: Pre-escolar, básica y media.
El borde interno de la parcela, adyacente a la calle, está constituido por toda la parte administrativa y de servicios que presenta un control del espacio para el normal funcionamiento de las actividades escolares. Espacios como el comedor, cubículos de profesores, depósitos también forman parte de este edificio incrustado en el talud para diferenciarlo de la vivencia de las áreas docentes.
Los accesos principales a la escuela se dan por dos niveles diferentes: uno por la parte cultural y otro por la deportiva, aumentando la condición de relación comunitaria de estas terrazas.Existe el espacio articulador, una columna vertebral de rampas y circulación, que cumplen con ayudar el desagüe, al drenaje y purificación del agua y se encarga de estructurar la circulación del conjunto. Además proporciona espacios de recreación entre los estudiantes sin importar su nivel.
En aras de presentar una nueva estrategia para mejorar el aprendizaje, apostamos por un sistema educativo fundamentado en las ideas de Loris Malaguzzi, quien dice que la escuela es un organismo vivo; dinámico y cambiante. Por ello no nos atamos a las formas convencionales de la escuela tradicional.
El aula de clases son elementos sueltos bajo una gran cubierta metálica, que evocan una forma orgánica adaptándose a la topografía propuesta. La combinación de un módulo de cubierta y un módulo de aula origina una nueva tipología de aula, la cual se compone por 4 áreas diferentes en todos los sentidos, desde la vivencia espacial hasta las clases que se impartirán en cada una de ellas. Este módulo compuesto le permite al estudiante explorar los diferentes ambientes para aprender. Durante el día recorrerá un circuito pasando por diferentes ambientes dependiendo de su nivel educativo, ya sean laboratorios, talleres de expresión, salas de investigación, clases al aire libre, salones audiovisuales, etc.
A nivel estructural se tomó conceptualmente al árbol como símbolo de aprendizaje y cobijo, aquel que bajo su sombra genere un micro clima perfecto para estudiar. Con la idea de generar ese gran bosque metálico, se plantea un elemento modular que junto a varios formen grandes superficies cubiertas. Estos elementos agrupados de diferentes maneras proporcionan diferentes espacialidades, y evocan el carácter orgánico que tiene un bosque de árboles. Esta cubierta recorre lo largo y ancho toda la parcela generando infinitos espacios para el uso público sin preocuparse por la lluvia o el sol fuerte, pero permitiendo la aparición de espacios abiertos para juegos y recreación como para mantener contacto con la naturaleza.
La combinación entre el módulo de aula y la cubierta proporcionan un ambiente diferente y cambiante. Ellas forman un organismo que aseguraran la estancia agradable y la educación adecuada para cualquier joven, pues tendrá la oportunidad de explorar el espacio y conocer, gracias a la arquitectura, nuevos métodos de aprender y enseñar.
